Las etiquetas en los paquetes de tabaco son eficaces y rentables para advertir acerca de los peligros de fumar, puesto que llevan un mensaje directo, tanto para los que fuman como para los que solo ven los empaques. La ley obliga a los fabricantes a marcar las cajetillas con estas señales y que el mensaje sea claro, directo, visible y que describa las enfermedades y efectos nocivos específicos que causa el hábito de fumar. Países como Brasil, Canadá, Reino Unido, Australia, Nueva Zelanda, entre otros, incluso exigen representaciones gráficas de las enfermedades y muestran fotos de personas o de órganos afectados. Además, no está permitido que las etiquetas incluyan alguna indicación que sugiera que un determinado producto de tabaco es menos perjudicial que otros. La razón para ello es que no hay cigarrillos seguros. Utilizar imágenes muy duras en las cajetillas de cigarrillos es una tendencia cada vez más generalizada en el mundo.